Un viento mortal

Ayer dimos comienzo a otra semana de entrenamientos. En principio, esta ya es de descarga, y eliminamos los entrenos de martes y jueves. No obstante lunes, miércoles y viernes tocan series, y no descargaremos del todo. De hecho, ayer volvieron a tocar las series de 600 m a tope, pero esta vez solo.

Ayer lunes fue realmente un mal día para hacer series, pero especialmente malo para las que tenía yo. Mucho frío y un viento terrible en la recta principal. Así, caliento 25 minutos y hago un par de progresiones. Me calzo los clavos y empiezo. Paso el 200 a 28'', hasta aquí todo muy fácil, tengo el viento a favor y las piernas van cómodas. Pero justo al acabar la curva, salgo a la recta principal y me encuentro con un muro de viento y me cuesta mucho avanzar. Llego al 400 en 1'00'', pero ya me he desgastado mucho. Los últimos 200 metros los acabo sufriendo bastante y llego en un tiempo de 1'34''. El tiempo es mejor que el de la semana pasada, por lo que me quedo bastante contento. Pero las piernas me las noto muy cansadas y cargadas. No me veo con fuerzas de hacer la segunda, y le comento al entrenador el cómo me veo. Me dice que es normal y lo atribuye al fuerte viento. Los 15' de recuperación se pasan antes de que me pueda dar cuenta, y vuelvo a salir. Ya en los primeros 50 metros empiezo a pensar en no acabar. Las piernas no tiran y voy justo de pulmón. Pero me fuerzo a continuar. No miro los tiempos de paso, porque sé que no tengo fuerzas para intentar apretar. Aguanto trescientos metros. Luego desemboco en la recta principal y el aire me frena por completo. Acabo la vuelta y ya no veo ni por donde voy. Las piernas me arden y no me responden. Oigo a los compañeros animarme y gritarme pero no puedo responder. Cuando por fin salgo de la recta me noto vacío. Los últimos 100 metros los tiro sólo de brazos y no sé cómo llego. Paro el corno, 1'44''. Mi entrenador llega, me coge y me felicita. Yo me enfado porque no he aguantado ni la segunda serie, pero me dice que es comprensible porque las condiciones son malísimas. La pájara que me ha cogido es mortal, no veo ni por donde ando y me duele todo el cuerpo mucho. Poco a poco recupero la respiración. Al final acabo bastante contento porque todos me dicen que lo he hecho bien, y quizá sea así. Doy un par de vueltas muy suaves y estiro. Se acabó.

Hoy martes toca descanso y ponerse hielo en las piernas para relajar la musculatura. El jueves he pedido una sesión con el masajista del club porque tras esta última semana me noto las piernas muy al límite. Espero que estas semanas de tan intensa carga se acaben en breve, porque no sé si seré capaz de aguantarlo. El miércoles más.