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Entreno en el Club de Atletismo de Gavà, bajo los consejos de Sergi Sierra. Mi prueba favorita es el 800 m. l. Ahí van algunas marcas: -800 -> 2'07.96" -400 -> 57.2" -1.500 -> 4'38" -3.000 ->10'01 -5.000 -> 18'50" -10.000 -> 37'27"

miércoles, 1 de enero de 2014

Cursa dels Nassos 2013

Ésta ha sido una semana rara. Como cada año, de hecho, los entrenos durante las vacaciones de navidad dejan mucho que desear. Y como colofón de estos últimos entrenos, ayer 31 de diciembre se celebraba la clásica Cursa dels Nassos por las calles de Barcelona. Os recuerdo que éste era mi "objetivo" invernal, dado que no voy a dar mucha importancia a la pista cubierta esta temporada. Así que una carrera importante en unas fechas delicadas planteaba muchas dudas en cuanto a mi estado de forma. Me explico:

50' lentos el lunes.
Antes que nada he de decir que aprovechando estas vacaciones, he estado entrenando por la mañana. A pesar de que el cuerpo no esté acostumbrado y esto se pueda ver reflejado en alguno de los entrenos, me gusta aprovechar la luz del sol en lo posible. Así que empezaba la semana con un rodaje suave. 50 minutos mañaneros, a ritmo muy suave y por un terreno ya casi olvidado como es la montaña. Una gozada poder disfrutar del fresco mañanero mientras trotas muy poco a poco. Pero lo fácil se acabó al día siguiente, cuando tocaba repetir las subidas de 200 metros de las últimas semanas. ¡Y esta vez solo! Pero aunque me costaron bastante, salieron bastante bien y acabé contento con las sensaciones que obtuve, ya que aguanté las dos últimas a ritmo. El miércoles, día de Navidad tuvimos un bien merecido descanso, y el jueves se volvía a complicar la cosa. Un entreno de calidad, que debía servir como test de cara a la carrera del martes, fue un chasco debido a las condiciones meteorológicas. Se trataba de unos 25' a ritmo de 3'55"-4'00", tiempos en los que tenía que estar cómodo. Pero cometí el error de dirigirme a la playa para llevarlo a cabo y me topé con un viento bastante importante, con rachas que literalmente te frenaban. Pero yo, muy chulo, decidí salir igualmente al ritmo que me había propuesto, e hice el primer kilómetro en 3'55". De repente estaba agotado, y los siguientes salieron en 4'12" y 4'22" respectivamente. Momento de dar la vuelta y correr con el aire a favor. Pensaba que al girar correría solo y recuperaría el ritmo, pero el esfuerzo de la ida me había dejado tan agotado que fui incapaz de seguir, y a los 800 metros me paré. No podía más. Así que en cuanto hube descansado un poco, volví a ponerme en marcha y con un trote cochinero fui hacia casa.

Aún con el enfado del día anterior por no haberme podido probar, se presentaba el viernes con unas series ya conocidas, repeticiones de 1200 metros. Dos semanas atrás habíamos llevado a cabo el mismo entreno, y había obtenido unos ritmos de 4'07"-4'13", así que la idea que tenía era conseguir tiempos semejantes. Así que me calcé las voladoras y me lancé de cabeza a hacer un buen entreno. Empecé bien, 4'07", pero a partir de ahí fue todo un desastre. Subí tiempos de manera exagerada, la cabeza me decía que parara, las piernas no daban más de sí... En fin un calvario. En la última tiré la toalla, y la hice arrastrándome. Los tiempos, para que os hagáis una idea de lo que hablo, fueron de 4'14"-19"-19"-28". En el momento, cogí un cabreo monumental, pero después pensando en frío, me di cuenta de que quizás era normal este pinchazo con respecto a los últimos entrenos: estaba entrenando por la mañana, las series las hice solo y los tres últimos días había comido como si no hubiera mañana. Decidí por lo tanto, rebajar los niveles de ingesta de comida hasta la San Silvestre, para tener los mínimos problemas en ese aspecto. Para cerrar la semana, el sábado hicimos la tirada larga de la semana, 14 km de nuevo por la montaña, muy suaves pero con cuestas muy pronunciadas. Descanso el domingo, y el lunes solo queda un rodaje de 30' muy suave, para activar un poco el cuerpo de cara a la carrera. Me encontré con Javi, un ex de nuestro club que este año dará el salto al Maratón, y charlando tranquilamente se pasó el tiempo volando. Unos pocos estiramientos y a ponerse nervioso de cara a la competición del día siguiente. Y, ¿cómo fue este gran objetivo? Ahí va.

Tirada larga del sábado, 14 km montañeros.
Eran las 4.30h cuando nos encontrábamos todos los miembros del grupo que íbamos a correr esta típica prueba navideña. Recordemos que se corre por la tarde (5.30h) para mayor encanto, pues se recorren las calles de Barcelona mientras oscurece. Dejamos las bolsas, nos abrigamos bien (guantes y manguitos) y a calentar. Al rato, eran ya las 5.20h y nos dirigimos hacia la línea de salida. Antes de que se diese el disparo de salida recuerdo cómo ha de ser la carrera: no creo que sea capaz de rebajar los 37' todavía, pero quiero acercarme al máximo a esta frontera. Por esto decidimos con Álex salir a 3'40" hasta que podamos, y luego sobrevivir como bien se pueda. Es una estrategia arriesgada, pero puede salir bien. Pues bien, estábamos en la línea de salida, cuando vimos un globo de 37'. ¡Había liebre para clavar el tiempo! En ese momento, cambiamos sin pensarlo la estrategia de carrera, y decidimos ir con ella. Así que se da el pistoletazo de salida, y abriéndonos paso como podemos, contactamos con el grupo de la liebre. Pasamos el primer kilómetro en 3'38". Álex me dice que perfecto, y estoy de acuerdo. Además me noto genial de sensaciones. Pero entonces empiezan los problemas. Me pongo en paralelo con la liebre para evitar contacto en el grupo, y así pasamos el segundo mil en 3'47". Aquí se le ha ido el tiempo, lo ve y pega un acelerón. Esto no me gusta, es difícil hacer marca si corremos a trompicones. Pasamos los siguientes kilómetros en 3'39" y 3'42". Hasta aquí, la media va calcada. Yo me sigo encontrando bien y me mantengo al frente del grupo. A mitad del quinto kilómetro, me giro para localizar a Álex y no le veo. Me extraña que se haya quedado atrás, pero no puedo distraerme. Llegamos al parque de la ciudadela y hay la primera subida, y seguidamente el quinto kilómetro. Miro el crono y...¡3'59"!

Llegada a meta.
¿¡Pero qué es esto!? Miro a la liebre y veo que sufre. Me empiezo a preocupar, pero entonces pega otro cambio de ritmo y me quedo algo detrás suyo. Ya no me noto fino, y empiezo a sufrir. Justo cuando viene la rampa más dura del circuito. Unos 200 metros que nunca se acaban. Pero hago un esfuerzo por volverme a situar en paralelo a ella. Le echo otro vistazo rápido. No va bien y yo tampoco. Pienso que he de aguantar hasta el séptimo kilómetro, y que luego ya me puedo relajar un poco. En estas que paso el sexto en 3'43". Veo que mi "guía" empieza a flaquear y me pongo delante suyo. Estoy sufriendo bastante, pero giro una curva y veo el séptimo mil, que paso en 3'45". Pienso que ya está, que he cumplido y me puedo relajar. Pero el orgullo puede más y me obligo a seguir tirando a muerte. Seguimos subiendo y subiendo y me empiezan a arder las piernas. Cuando estoy a punto de frenar, por fin veo la Diagonal. Ha debido ser una de las visiones más bonitas que he tenido en mi vida, y que sólo coger esta calle se encuentra el octavo punto kilométrico, 3'48". Pienso que ya estoy, ya se ha acabado lo duro. Ahora todo tiene una ligera pendiente hacia abajo hasta la línea de meta. No obstante me sigo viendo muy justo y no me puedo relajar. Más cuando veo que toda la gente que llevaba detrás me empieza a adelantar. Se me ocurre que he pinchado, y la cabeza se empieza a ir por su cuenta. Pero por suerte paso el kilómetro 9 en seguida y veo un 3'46". No soy yo que pinche, sino los demás que aceleran. Esto me renueva la confianza y las fuerzas, y acelero ligeramente el ritmo. Ahora soy yo el que adelanta a rivales. Voy al límite, y empiezo a buscar la ansiada curva a derechas que señala los últimos 300 metros. Por fin la veo, giro y veo el crono 36'15". Pero conozco esta bajada del año pasado, parece muy corta pero se hace muuuuuuy larga. De inmediato veo a dos atletas que me pasan como una flecha exprimiendo sus fuerzas. Yo en cambio aprieto regularmente, voy progresando poco a poco. Adelanto a un montón de gente, y a 30 metros de meta cojo a los dos que habían esprintado demasiado pronto. Un último esfuerzo y entro en meta... ¡37'27"! Marca personal, por casi 30 segundos. Grito de alegría, todo el esfuerzo ha valido la pena. Me encuentro a los compañeros, a unos les ha ido mejor que a otros. Pero yo el más contento de todos con mi gran mejoría. Ahora veo que bajar de la barrera de 37' aún queda algo lejos. Sufrí mucho ayer, no hubiera podido bajar mucho más. Estoy más que satisfecho con la gran marca conseguida. Lo único negativo, es la liebre. Sigo pensando en esos 15 segundos que me ha fastidiado en el quinto kilómetro. Pero igualmente no puedo parar de sonreír. He hecho marca, al fin y al cabo.


Así pues, cerré el 2013 de la mejor manera posible, y como deseo para este 2014 entrante, pediré un año sin lesiones. Sólo con eso me conformo, pues los tiempos saldrán con el trabajo, ha quedado demostrado. A todos los lectores, os deseo un muy buen año nuevo, y que consigáis vuestros objetivos. Por mi parte, ¡próxima parada: Cross de Vic!


Grupo de Fondo del C.A.Gavà.

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